martes, 21 de junio de 2022

FRENTE AL FRACASO ESCOLAR: TÉCNICAS DE ESTUDIO

INTRODUCCION 

¡Hola!, ¿qué tal?

Antes de que te sumerjas en la lectura que tienes entre manos es mejor que te enteres de cómo y para qué la he escrito.

Soy profesor de Filosofía desde hace unos cuantos años. Pero, hace otros cuantos años más, fui << estudiante>> (al menos, eso decía yo), aunque la verdad es que no tenía ni idea de qué cosa era eso de estudiar, y así me iba: suspendiendo una media de tres o cuatro asignaturas por evaluación, siempre con alguna recuperación pendiente, repitiendo curso de vez en cuando, veraneando año tras año con el libro debajo del brazo…

Cuando uno es pequeñito todo le parece un juego, incluso lo que hace en el cole, pero, cuando termina sus estudios primarios y pasa a cursar Enseñanza Secundaria, se va dando cuenta de que algunos de sus compañeros de clase se aprenden las cosas con mucha más facilidad que otros. Lógicamente, sacan mejores notas, tienen más tiempo libre para divertirse, se sienten más orgullosos de sí mismos (sobre todo cuando oyen a sus padres contándole a la vecina, con pelos y señas, las <<insuperables>> calificaciones que acaban de sacar…) y, encima, reciben la bici de regalo, como premio por su <<esfuerzo agotador>>.

Sin embargo, a otros (aunque se sientan en clase dos metros más allá, no tienen un pelo de tontos y meten más horas <<empollando>> que Indiana Jones buscando el Arca perdida) no parece que les acompañe la suerte, porque se aburren inmensamente delante del libro, se distraen con el vuelo de media mosca, en clase no se enteran de nada (pese a que chillan continuamente eso de: << ¿puede repetir, que desde aquí no se oye?>>) y, como es lógico y natural, suspenden con admirable constancia (y, por supuesto, se quedan sin bici…).

La cosa es que cuando uno ve que, por más que se esfuerza en clase, se aburre miserablemente estudiando en casa, se desespera cada vez que ve las notas que ha sacado y hace heroicos propósitos de la enmieda, con lágrimas en los ojos… la cosecha de calabazas continúa siendo excelente, llega, tarde o temprano, a una de estas dos <<sabias>> conclusiones:

a) Es que soy tonto (como dice mi madre cada vez que le enseño las notas y me compara con el vecino del segundo--- que es <<listo>>---). Lo mejor es resignarme y dejar eso del estudio para los que valen.

b) Estudiar no es lo mío. Eso es de empollones que no valen para ligar o meter goles. Los que sacan buenas notas no son más que unos pobres infelices. Todo el día delante del libro como ratas de biblioteca, amargados y sin salir de casa ... En cambio, yo <<passo>> de todo menos de curso y no apruebo ni una, pero ¡que bien lo paso riéndome en clase con los amiguetes, engañando a mis padres y copiando en los exámenes …! Lo mío no es el estudio, ¡lo mío es la vida!

Yo también fui uno de esos alumnos a los que tanto sus padres como sus profesores atormentan a todas horas con eso de: << ¡Estudia, que te van a suspender!>>

Y, después del suspenso: << ¿Ves cómo te han suspendido por estudiar poco?>>. Como si lo importante para aprender fuera únicamente el número de horas que se esté en clase o delante del libro.

Cuando estaba tentado de abandonar de una vez los estudios, tuve una gran suerte. En cierta ocasión, hablando de como estudiaba (o, para ser más exactos, de como perdía miserablemente el tiempo haciendo como que estudiaba …), alguien me dijo: <<Lo importante no es estudiar muchas horas, sino aprovecharlas bien>>, y esto me pareció tan maravillosamente utópico, que no le hice ni caso.

Sin embargo, después, gracias a su ayuda continuada, fui poniendo en práctica esa bonita frase que resume perfectamente toda una serie de técnicas y normas utilísimas para estudiar de un modo racional. Estrategias descubiertas y publicadas en el mundo entero, a lo largo de los años, en multitud de tratados sobre <<la Pedagogía del aprendizaje>>, <<el fracaso escolar>>, <<las motivaciones y el esfuerzo intelectual>>, etc., que popularmente se llaman técnicas de estudio.

Pues bien, cuando---- frente a todo pronóstico del profesorado que tuvo que soportarme… llegué yo también a ser profesor, me dediqué con especial interés a ayudar a los alumnos que, como yo en mis viejos tiempos, no tienen ni idea de como organizarse para aprender más y sacar mejores notas con menos esfuerzo (que de eso es de lo que se trata).

Me daba------- y me sigue dando-----una enorme pena ver cómo muchos abandonan sus estudios no por no tener capacidad, sino simplemente por falta de motivación. Y pierden la motivación, precisamente, por no tener un buen método de estudio.

Al principio comencé dando cursillos intensivos de técnicas de estudio a los alumnos de mi instituto que querían mejorar su rendimiento académico y no sabían cómo. Pero, como ésos son precisamente los que no saben estudiar (ni tomar apuntes, entresacar lo esencial, etc), tampoco eran capaces de aprender como se debe aprender… Vamos, que se les olvidaba todo antes de ponerlo en práctica.

Aunque no te lo creas, esto que tienes entre manos no es un <<libro de texto>>, sino una especie de herramientas que te puede resultar muy útil para tres cosas:

1) Enterarte bien de qué es eso de las técnicas de estudio: cuáles son las más adecuadas para cada caso, qué ventas e inconvenientes tiene el hacer las cosas de una manera o de otra, etc.

2) Conocerte mejor a ti mismo, detectando qué hábitos tienes en todo lo referente al estudio y al rendimiento académico. Así sabrás, por fin, por qué las cosas no te salen como te deberían salir.

3) Poner en marcha un PCA (Plan Concreto de Ataque), para afianzar los hábitos útiles que ya tienes y corregir <<con realismo>> los que te perjudican.

Pero, ¡ojo al dato!: esto que tienes entre manos ni es un <<recetario milagroso>> para aprobar sin esfuerzo, ni un <<compendio teórico>> para que los profesores estudien la pedagogía del aprendizaje (para pedagogos, psicólogos y otros técnicos eruditos en la materia existen decenas de librotes enormes y sesudos que lo dicen todo y, además, mucho más <<académicamente>>.

Esta <<herramienta>> la he escrito para ti, que sacas cuatro o cinco suspensos (de media) y estás a punto de tirar la toalla. Para ti, que sacas de dos o tres y pasas de curso siempre por los pelos, y que te gustaría ir menos asfixiado. Y también para ti, que las apruebas todas, pero en el fondo sabes que podrías sacar notables o sobresalientes, en vez de simples aprobadillos...

Por eso, para que lo leas con gusto y, además. Lo pongas en práctica y todo, este libro es breve. Porque si fuera largo y tostonero, no te atreverías ni a abrirlo (y partimos del hecho de que leer <<tomos>> no es lo que más te divierte en la vida …). Es también claro, sintético y directo al grano. Porque al principio te conviene tener pocas ideas, pero muy claras. Sólo así podrás entenderlas, hacerlas tuyas y ponerlas en práctica <<desde ya>>. Y, por último, es ameno, entretenido, lleno de anécdotas y ejemplos divertidos. Para arrancarte, de vez en cuando, una sonrisa, a ti que, con sólo pensar en el estudio, ya se te pone la cara larga y ojerosa… Porque <<científico>> no es sinónimo de <<plomazo>>, y ya sabes que: <<lo bueno, si breve, dos veces bueno>> y <<si, además, es divertido, venticatorce veces bueno>>.

¡Ánimo, que tú puedes! ¡Léelo, ponlo en práctica y no te dejes nunca vencer por el abatimiento!

0 comments:

Publicar un comentario

DEJA TU COMENTARIO, TU OPINIÓN ES MUY IMPORTANTE Y TOMADO EN CUENTA.